La prevención de la droga es una tarea que no acaba nunca. Nunca hay que bajar la guardia, porque el entorno poblacional, familiar, de amistades y hasta profesional puede ser detonante a la hora de arrastrar a una persona al mundo de la marihuana o de la cocaína.
Eso lo sabe muy bien el doctor Mario Montenegro, encarg
ado nacional de Tratamiento del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, (Conace), quien visitó hace unos días la ciudad para sostener un encuentro con más de 70 representantes de la zona norte, que busca fortalecer aún más el trabajo de prevención, especialmente entre los más jóvenes.
- ¿Cuáles son los principales desafíos que se planteó el Conace en su partida y cómo se ya han desarrollado en el tiempo?
- Cuando hablamos de pacientes, es decir, aquellos que necesitan tratamiento, rehabilitación y reinserción, el primer desafío que asumimos fue crear un buen diseño clínico y de gestión, con el objetivo de tener programas efectivos pero también con distintos perfiles; desde el punto de vista ambulatorio y residencial. Lo siguiente fue enfocarnos en poblaciones específicas, por género y edad, concentrándonos especialmente en aquellos con vulnerabilidad social e infractores de ley. Pero el mayor desafío ha sido llevar a cabo todos los programas, lo que hoy es posible gracias al trabajo intersectori
al donde las regiones han sido fundamentales.
- Por su carácter transversal, el consumo de drogas debemos concebirlo obligadamente como una realidad que debe ser abordada en red.
- Así es. No podemos pensar que el tema de las adicciones se puede abordar aisladamente, por el contrario, se debe a través de redes asistenciales vinculadas en todos los niveles de complejidad. Entre todos debemos combatir las drogas.
CONSUMO EN ALZA
-¿Cuáles son las cifras de consumo que maneja usted a nivel local?
- Según el último informe del Conace, en 2004 se registró 460 mil consumidores de marihuana. Entre 2002 y 2004, el consumo subió de un 13,6 al 15,1 por ciento, pero esa es la realidad país. Lo que pasa en el norte y puntualmente en Arica está más relacionado con el consumo de pasta base, reconociendo que existe un alto consumo. Pero más allá de los números, puedo decir que tenemos una década de dos estudios. De 1994 a 2004, hicimos uno en los hogares y de 1995 a 2005 hicimos otro en el segmento escolar. En ambos hemos podido darnos cuenta que hasta el año 2000 ha aumentado la prevalencia tanto de marihuana, como pasta base y clorhidrato de cocaína, pero de ahí en adelante se estabilizó, lo que es un gran logro.
-¿Cuántas personas en el país están en esas condiciones?
- Los estudios nos arrojaron que aproximadamente el 40 por ciento de los encuestados eran consumidores problemáticos, es decir, unas 500 mil personas. Del total, sólo el 10 por ciento nos dijo que quería tratarse y el resto no quiso, lo que nos motivó a activar estrategias motivacionales, en las escuelas, en la calle y en los trabajos.
Eso lo sabe muy bien el doctor Mario Montenegro, encarg
ado nacional de Tratamiento del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, (Conace), quien visitó hace unos días la ciudad para sostener un encuentro con más de 70 representantes de la zona norte, que busca fortalecer aún más el trabajo de prevención, especialmente entre los más jóvenes.- ¿Cuáles son los principales desafíos que se planteó el Conace en su partida y cómo se ya han desarrollado en el tiempo?
- Cuando hablamos de pacientes, es decir, aquellos que necesitan tratamiento, rehabilitación y reinserción, el primer desafío que asumimos fue crear un buen diseño clínico y de gestión, con el objetivo de tener programas efectivos pero también con distintos perfiles; desde el punto de vista ambulatorio y residencial. Lo siguiente fue enfocarnos en poblaciones específicas, por género y edad, concentrándonos especialmente en aquellos con vulnerabilidad social e infractores de ley. Pero el mayor desafío ha sido llevar a cabo todos los programas, lo que hoy es posible gracias al trabajo intersectori
al donde las regiones han sido fundamentales.- Por su carácter transversal, el consumo de drogas debemos concebirlo obligadamente como una realidad que debe ser abordada en red.
- Así es. No podemos pensar que el tema de las adicciones se puede abordar aisladamente, por el contrario, se debe a través de redes asistenciales vinculadas en todos los niveles de complejidad. Entre todos debemos combatir las drogas.
CONSUMO EN ALZA
-¿Cuáles son las cifras de consumo que maneja usted a nivel local?
- Según el último informe del Conace, en 2004 se registró 460 mil consumidores de marihuana. Entre 2002 y 2004, el consumo subió de un 13,6 al 15,1 por ciento, pero esa es la realidad país. Lo que pasa en el norte y puntualmente en Arica está más relacionado con el consumo de pasta base, reconociendo que existe un alto consumo. Pero más allá de los números, puedo decir que tenemos una década de dos estudios. De 1994 a 2004, hicimos uno en los hogares y de 1995 a 2005 hicimos otro en el segmento escolar. En ambos hemos podido darnos cuenta que hasta el año 2000 ha aumentado la prevalencia tanto de marihuana, como pasta base y clorhidrato de cocaína, pero de ahí en adelante se estabilizó, lo que es un gran logro.
-¿Cuántas personas en el país están en esas condiciones?
- Los estudios nos arrojaron que aproximadamente el 40 por ciento de los encuestados eran consumidores problemáticos, es decir, unas 500 mil personas. Del total, sólo el 10 por ciento nos dijo que quería tratarse y el resto no quiso, lo que nos motivó a activar estrategias motivacionales, en las escuelas, en la calle y en los trabajos.
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